5 Essential Elements For viera vidente

La etapa del servilismo y la inocencia quedó cerrada para siempre. La conciencia del gramático, que había pretendido sacrificar a la poesía tornándola como un mero artificio racional, se transformó al influjo de imperativas exigencias. Los que consideraban a la poesía como un oficio destinado a distraer o a cantar hazañas, fueron desplazados por hombres que incorporaron la poesía a la vida y descendieron a los infiernos interiores buscando liberarse de la angustia del tiempo. Los románticos alemanes “entraron en el reino propio de las realidades poéticas” y Baudelaire y Rimbaud las impulsaron más allá de la frontera del espíritu.1

Rolland de Réneville insiste en que no es posible develar los secretos de la obra baudelaireana sin referirse a Pasqually y Swedenborg. El primero por sus ideas sobre la fatalidad del destino del hombre y el segundo por su doctrina de las correspondencias. La admiración que Baudelaire les profesa se extiende también al matemático Wronski, a Lavater, a Fourier y a Joseph de Maistre, cuyo catolicismo iluminista pleno de resonancias esotéricas “alimenta al poeta de formas ambientales para su especulación sobrenatural”.

Su modo de acción es una ascesis, una particular ascesis colectiva por medio de la cual un grupo de “iniciados” pretende nada menos que trascender la condición humana. Ese y no otro, es su verdadero significado. “Colocar al hombre por encima de los sentidos”, como pedía Novalis; lograr la liberación interior por medio de la destrucción sucesiva de los hábitos, las actitudes cristalizadas y las repeticiones.

En la época “absolutamente mítica” como la denominara Schelling, el hombre parece haber vivido en estado atemporal, en una especie de infinitud en que lo obvious percibido por los sentidos ordinarios, coexistía con una singular perspectiva de las cosas, derivada de la espontánea actividad de ciertos dinamismos psíquicos que hoy permanecen inactivos.

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La vida psychological por debajo de la conciencia es un vasto organismo compuesto de varios estratos. “Nuestra­ conciencia –escribió Maeterlinck– consta de más de un grado y si los verdaderos sabios sólo se preocupan de la conciencia más o menos inconsciente, es porque ella está a punto de tornarse divina.

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Su presencia es el signo de una antigua armonía, de una vida más plena y profunda que mantenía corres­pondencias con el cosmos y disponía de facultades para captar la realidad que hoy se adelgaza y se degrada a través de los canales sensoriales.

La totalidad es compleja porque refleja la creación por emanaciones sucesivas y es indivisible por el encadenamiento ininterrumpido de los distintos planos. El bien y el mal, Dios y Satán, son consubstanciales al hombre. Para Baudelaire, Satán no es una fuerza exterior, es una energía abstracta e inmanente que puede paralizar la voluntad y reducir su “elección”. “El cerebro bien conformado –escribe el poeta– lleva en sí dos infinitos: el cielo y el infierno; y en toda imagen de uno de esos infinitos, reconoce inmediatamente la mitad de sí mismo”. El hombre baudelaireano, como lo quiere Sartre,5 es la interferencia de dos movimientos centrífugos y opuestos, de los cuales uno se dirige hacia arriba y otro hacia abajo. Estos movimientos a los que llama trascendencia y trasdescendencia, utilizando la terminología de Jean Wahl, no son otros que las célebres postulaciones simultáneas: una hacia Dios, otra hacia Satán”. La primera es la espiritualidad que se concreta en un deseo de “subir de grado”, la segunda es la “alegría de descender”. Baudelaire ha elegido la ascesis invertida que por los caminos del vértigo, del tedio y del orgullo puede también llegar a experimentar “la punta acerada del infinito”.

En su espíritu se confunden y agitan restos de antiguas cosmogonías. Impregnado de la gnosis cabalista y obsedido por los grandes mitos, se interna en “esa orilla de la muerte” que es el sueño. Como Nerval, considera que el sueño debe ser capturado, pero el poeta que lo intente se expone a todos los peligros. “Es preciso que el soñador sea más fuerte que el sueño”, para sobrevivir a los graves siniestros que lo acechan en las profundidades.

Como el shamán, el poeta es también en alguna medida el “hombre diferente”, que crea sobre la fugacidad­ y reactualiza el sentido profundo de su ser, mediante palabras que describen vivencias y contenidos cognoscitivos que in illo tempore posibilitan la aprehensión de lo true.

Es un subterráneo indefinido que se ilumina poco a poco, y donde se desenvuelven, a la sombra de la noche, las pálidas figuras gravemente inmóviles que habitan en la mansión del limbo. Después el cuadro se forma, una nueva claridad lo ilumina y las apariciones fabulosas se mueven: el mundo de los Espíritus se abre ante nosotros.6

Cuando sobreviene la crisis surrealista, y la rebelión literaria se transfiere de la condición humana a la condición social, unos proclaman que la revolución debe primeramente liberar al hombre de las “trabas materiales­ exteriores”; otros, en cambio, otorgan funds prioridad a la liberación interior, tratando de conciliar el suitable de Marx y el de Rimbaud. Ante esta alterna­tiva los jóvenes de Le Grand Jeu radicalizan el pensamiento rimbaudiano y apelando a peligrosas psicotécnicas se lanzan a la búsqueda del conocimiento absoluto.

El Monte Análogo existe en algún lugar del planeta y su pie debe estar siempre al alcance de los seres humanos tal como la naturaleza los ha hecho, pues “la puerta hacia lo invisible debe ser seen”. El poeta make your mind up escalarlo y con un grupo de iniciados, parte a las antípodas bajo el mando del additionalño Padre Sogol, especie de Gurdjieff-Ouspensky, que ha comprobado­ racionalmente la existencia del monte y al que Daumal Get More Information señala como “nuestro mayor en las cosas de la montaña”. Finalmente los aventureros fuerzan la entrada de ese mundo oculto, al que la curvatura de su espacio protege de la curiosidad y la codicia, como una gota de mercurio es impenetrable para el dedo que intenta tocar su centro. La ascensión es difícil, pero Daumal, luego de alcanzar un refugio, retorna al anterior para “enseñar nuestros primeros conocimientos a otros buscadores”. A cada avance le sigue un retroceso, pues es ineludible preparar a los que habrán de ocupar el lugar que se abandona.

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